TODO…SEÑOR

TODO…SEÑOR

Si todo me lo diste.
¿Por qué me quejo?
¿por qué éste sinsabor?
que ahoga, oprime.
Si todo me lo diste…
en sus ojos buenos,
en éste permitirme
habitar su espacio,
es un mar de ternuras
que la marea acerca
a mi desierta playa.
Si tengo un tesoro
que TÚ me diste,
-conservarlo en silencio-
TÚ me indicaste,
y soy dueña, SEÑOR,
de la voz de un ángel.
Si todo me lo diste…
y qué poco he dado,
perdón, por mi temor…
me diste alas…
y no despegan, AMOR,
aletean zozobradas.
Todo me lo diste…
y pena, mi alma…
en la distancia…

Maricarmen

MACARENA

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